"Ya te crei’ Millenial", bromeó alguien en la oficina mientras discutimos cuál aplicación podríamos utilizar para mejorar los procesos. Todos se rieron, pero yo no pude evitar pensar: ¿y si realmente fuéramos como los Millenials? ¿Qué pasaría si tuviéramos la misma capacidad de innovación que muchos de ellos aportan?
Este tipo de comentarios, aunque puedan parecer inofensivos, reflejan una visión limitada y cargada de prejuicios. Nos reímos porque lo hemos escuchado muchas veces, pero detrás de esa risa se esconde una barrera invisible que frena el verdadero potencial de un equipo diverso. ¿Qué tal si, en lugar de hacer chistes fáciles, empezamos a valorar las diferencias y a aprovecharlas al máximo?
Todos, en algún momento, hemos sentido que nuestras diferencias nos han puesto en desventaja, ya sea por nuestra apariencia, creencias o edad. Pero, ¿qué ocurriría si esas diferencias fueran vistas como fortalezas en lugar de obstáculos?
En un entorno laboral de verdad inclusivo, las diferencias no solo se toleran, sino que se celebran. Sin embargo, la realidad es que la discriminación no siempre se manifiesta de manera obvia, como con un comentario hiriente o un acto de exclusión directo. A menudo, se presenta en acciones sutiles, como no ser seleccionado para un puesto de trabajo debido a sesgos inconscientes. Aquí es donde la inclusión juega un papel fundamental.
Luis Pardo, director ejecutivo de Sage España y Portugal, lo explica a la perfección: "La diversidad es ser invitado a la fiesta; la inclusión es ser invitado a bailar". Esto significa que tener una empresa diversa no garantiza automáticamente que sea inclusiva. La inclusión requiere un esfuerzo consciente para valorar y potenciar esas diferencias.
La diversidad es como invitar a todos a la fiesta, asegurando que en la empresa haya personas de distintos orígenes, edades, géneros, etnias y habilidades. La inclusión, por otro lado, se trata de asegurarse de que todos se sientan valorados, respetados y escuchados, independientemente de sus diferencias.
Un lugar de trabajo que promueve la diversidad y la inclusión no solo mejora su reputación, sino que también se convierte en un espacio donde la creatividad e innovación pueden crecer. ¿Por qué? Porque cuando diferentes perspectivas se encuentran, surgen soluciones distintas y ágiles. Además, las empresas que valoran a sus empleados no solo por su desempeño, sino como personas, suelen experimentar mayor productividad y menor rotación de personal.
A menudo se escucha decir: "¡Hoy en día no se puede decir nada!". Sin embargo, si lo vemos desde otra perspectiva, la clave es: respeto mutuo. Se pueden tener conversaciones abiertas y honestas siempre que se hagan con respeto. ¡Eso es fundamental!
Imagina que estás en una entrevista de trabajo y un candidato te hace preguntas como: "¿Qué opinas sobre las mujeres en el lugar de trabajo?" o "¿Qué piensas sobre las empresas multiculturales?". Este tipo de preguntas, que pueden parecer complicadas, en realidad son una oportunidad valiosa para demostrar el compromiso de la empresa con la diversidad y la inclusión. No se trata solo de dar una respuesta correcta o políticamente correcta; se trata de responder con respeto, empatía y profesionalismo.
La inclusión no es solo un concepto abstracto, sino una práctica que se refleja en cómo abordamos las diferencias en situaciones cotidianas, como una entrevista de trabajo. Al responder, es esencial reconocer que cada persona aporta una perspectiva única y valiosa, y que las diferencias, ya sean de género, cultura, raza u otra índole, no solo deben ser respetadas, sino también valoradas activamente.
Este enfoque inclusivo no solo es justo y equitativo, sino que también tiene un impacto directo en la capacidad de la empresa para atraer y retener talento. Cuando una organización se muestra abierta y receptiva a las diversas experiencias y orígenes de sus colaboradores potenciales, envía un mensaje poderoso: aquí, tu singularidad es apreciada, y tus contribuciones son bienvenidas.
Los candidatos, especialmente aquellos de generaciones más jóvenes como los millennials y la generación Z, valoran enormemente estos principios. De hecho, estudios demuestran que 83% de los millennials se involucran activamente en su trabajo cuando las empresas apoyan la diversidad e inclusión. Para ellos, la diversidad no es solo un valor añadido, sino lo mínimo que esperan de un empleador.
Eso es lo que realmente significa la inclusión: ver más allá de las diferencias superficiales y valorar lo que cada persona puede aportar. Las empresas tienen el poder de crear ambientes laborales más justos y equitativos, donde cada persona, sin importar sus diferencias, tenga la oportunidad de crecer y prosperar.
Recuerda, la inclusión no es solo una política de recursos humanos; es un cambio en la forma de pensar de toda la organización. Desde la alta dirección hasta el último miembro del equipo, todos tienen un rol en la construcción de un entorno más inclusivo y diverso. Y cuando todos están bailando, la fiesta se vuelve mucho más divertida.
En PROBENEFIT, entendemos la importancia de fomentar un entorno laboral inclusivo y diverso. Por eso, ofrecemos programas de diversidad e inclusión que se adaptan a las necesidades de cada organización. Contamos con charlas y programas de sensibilización diseñados y dirigidos por expertos, a través de nuestras asistentes sociales, para garantizar un enfoque efectivo y humano. Si tienes dudas sobre cómo implementar un plan de diversidad e inclusión adecuado para tu empresa, no dudes en contactarnos. Estamos aquí para ayudarte a crear un ambiente de trabajo más justo, equitativo y saludable para todos.